Giancarlo Guerrero clausuró la temporada de abono de la Orquesta Sinfónica de Galicia (OSG) con la monumental Sinfonía nº 8 de Anton Bruckner los días 13 y 14 de junio con gran éxito. Así lo denotan varias críticas entre las que resaltamos la de Alfredo López-Vivié para Mundoclasico con líneas como estas:
"[...]quedó claro que Guerrero tiene esta sinfonía en la cabeza: su gesto es nervioso pero preciso, conoce todos los detalles y los resalta, su expresividad es desbordante, y el trabajo en los ensayos se demostró eficaz porque la orquesta -hoy al mando del concertino invitado Pedro Rodríguez- obedeció milimétricamente sin necesidad de ninguna corrección sobre la marcha por parte de la batuta".
"La demostración de que todo salió más que bien vino primero del público, que aguantó algunos segundos de silencio impuestos por Guerrero al concluir mayestáticamente la obra, antes de prorrumpir en gritos de “¡bravo!”; y después de la orquesta, que dedicó un sonoro pataleo a su maestro".
